Las apps móviles de ejercicios están desconectadas de la tercera edad

Las apps móviles de ejercicios están desconectadas de la tercera edad

Es cierto que muchas aplicaciones móviles de ejercicios pueden estar más orientadas hacia un público más joven o activo, lo que puede dejar fuera a la población de la tercera edad. Sin embargo, en los últimos años, ha habido un aumento en la conciencia sobre la importancia del ejercicio para las personas mayores, y como resultado, algunas aplicaciones han comenzado a adaptarse para incluir programas de ejercicios diseñados específicamente para este grupo demográfico.

Algunas características que podrían hacer que una aplicación sea más accesible para la tercera edad incluyen las rutinas de ejercicio deben estar diseñadas teniendo en cuenta las necesidades y limitaciones físicas de las personas mayores. Esto puede incluir ejercicios de bajo impacto, ejercicios de flexibilidad y equilibrio, y opciones para adaptar la intensidad según el nivel de condición física de cada individuo.

Las personas mayores pueden beneficiarse de instrucciones claras y visuales que les muestren cómo realizar correctamente los ejercicios. Esto puede incluir videos demostrativos y animaciones paso a paso.

Las características de seguimiento de progreso y la capacidad de establecer metas personalizadas pueden ayudar a mantener motivadas a las personas mayores para que se mantengan activas. La capacidad de adaptar la aplicación a las necesidades específicas de cada usuario, como ajustar la duración o la intensidad de los entrenamientos, puede hacer que la experiencia sea más personalizada y efectiva.

Las apps de ejercicios para personas de la tercera edad

Según un estudio publicado por la Sociedad Británica de Geriatría, Vivifrail es una aplicación versátil que atiende tanto a usuarios individuales como a profesionales que prescriben actividad física a sus pacientes. Esta aplicación cumple con los estándares científicos, se fundamenta en evidencia sólida y se adapta a las necesidades de contenido y uso de la tercera edad. No requiere de una prescripción profesional, es gratuita, accesible para todo tipo de usuarios, ofrece la posibilidad de avanzar de nivel y proporciona información tanto en formato escrito como audiovisual.

La falta de disponibilidad no es el único desafío. Muchas personas mayores encuentran que estas herramientas están fuera de su alcance debido a la falta de alfabetización digital y la ausencia de un teléfono inteligente. Los autores del artículo señalan que muchas aplicaciones dirigidas a la tercera edad no satisfacen sus necesidades, incluso si están diseñadas para ellos. El simple requisito de registro puede ser un obstáculo significativo, ya que muchos mayores no tienen correo electrónico para completarlo.

Los autores del estudio enfatizan la importancia de que las aplicaciones para adultos mayores sean simples, intuitivas y centradas en sus necesidades individuales. Carme Carrión, investigadora del centro de investigación eHealth Center de la UOC (Universidad  Oberta de Cataluña), destaca que la personalización en estos servicios es fundamental, adaptándose a las capacidades y necesidades de los usuarios en la práctica deportiva.

David Rodriguez-Ruiz, coordinador del Grupo de Ejercicio Físico de Personas Mayores de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, subraya que este aspecto es actualmente escaso en las aplicaciones existentes y debería ser incluido. Sin embargo, señala que sería necesario realizar una evaluación previa de cada usuario para lograrlo.

Las aplicaciones para adultos mayores deben ir más allá de simplemente ajustar la actividad física recomendada. El geriatra Nicolás González, del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, señala la importancia de que estas aplicaciones permitan adaptaciones como aumentar el tamaño de la fuente, los botones y los iconos para aquellos con deterioro visual. Además, deben ofrecer una variedad de opciones para que los usuarios elijan las actividades que más les motiven. Para lograr esta adaptabilidad, es crucial involucrar a las personas mayores en todas las etapas de desarrollo de las aplicaciones, según destaca Carrión. Los usuarios deben ser escuchados y sus necesidades atendidas en la medida de lo posible.

Para Rodríguez-Ruiz, un problema común con las aplicaciones es que el usuario es responsable de registrar su progreso y la ejecución correcta de los ejercicios. Todos los expertos coinciden en que la práctica de ejercicio y el uso de estas aplicaciones deben ser supervisados por profesionales como los de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFD) o médicos.

Por aparte, Carme Carrión, de la UOC y autora del estudio, sugiere que las intervenciones más efectivas son aquellas que combinan sesiones grupales dirigidas por profesionales de la salud o expertos en actividad física con el uso diario de una aplicación móvil. Estos profesionales pueden prescribir ejercicios, corregir y asistir a los usuarios durante las sesiones grupales, mientras que la aplicación complementa la actividad en momentos en que no se pueda reunir el grupo o los profesionales no estén disponibles.

Además, el estudio de la UOC resalta la importancia de la capacitación y el respaldo al recomendar aplicaciones de ejercicio físico a personas mayores. Carrión enfatiza la necesidad de involucrar a profesionales en este proceso para que comprendan y puedan aplicar adecuadamente estas herramientas con los usuarios. Rodriguez-Ruiz también señala que, con la evolución generacional, cada vez más personas mayores están utilizando la tecnología y cuentan con mayor formación para hacer uso de estos servicios sin dificultades.